Prora. Un hotel de 4.5 kilómetros de largo

Maximillian Nowotka

El Tercer Reich destruyó muchas ciudades. Curiosamente nunca construyó una.

El régimen nazi y sus líderes comenzaron algunos proyectos como la ciudad industrial de Wolsfburgo, los fallidos Volksgemeinschaft, entre otros. Habiendo una excepción: el complejo “Fuerza a través de la alegría” (Kraft durch Freude) de Prora, en la isla de Rügen en el Mar Báltico. Tres años antes de que Alemania invadiera Polonia en 1939, Aldolf Hitler encargaría la construcción del complejo turístico más grande del mundo al arquitecto Clemens Klotz quién previamente había construido algunas casas para miembros del partido Nazi en Colonia, uno de los primeros tres centros educativos del Tercer Reich y un centro de entrenamiento militar.

Prora, fue concebido como un complejo de 4.5 kilómetros de largo para los trabajadores alemanes, bajo un programa llamado “Fuerza a través de la alegría”. Se plantearon ocho edificios de 450 metros de largo cada uno, con grandes salas de fiesta y salidas al mar desde su planta baja y capaz de albergar más de 20.000 huéspedes. Además, el complejo contaría con teatros, salas de cine, piscinas, entre otras instalaciones de ocio. El edificio se utilizó en los medios de propaganda de Joseph Goebbels como una promesa de tiempo libre para los trabajadores.
La construcción comenzó en 1936, todas las grandes empresas de construcción del Reich y casi 9,000 trabajadores estuvieron involucrados en el proyecto. En 1938, según el historiador Stefan Wolter en su libro: Prora – Inmitten der Geschiechte, los costos de construcción habían alcanzado el equivalente a 900 millones de euros actuales. Con el inicio de la Segunda Guerra Mundial en 1939, la construcción de Prora se detuvo y los trabajadores de la construcción serían transferidos a otras instalaciones de carácter militar. Luego de ser abandonado el complejo, durante la campaña de bombardeos de los aliados, los bloques de vivienda sirvieron como albergues para refugiados del este de Alemania. Al final de la guerra, algunos edificios eran ocupados por personal femenino de la Luftwaffe.

En 1945, los soviéticos tomaron el control de la región y al establecer una base militar en la zona, la segunda brigada de artillería del ejército soviético ocupó algunos de los bloques de Prora, al menos por una década. Durante esta ocupación dos de los bloques de apartamentos fueron demolidos. A finales de los años cincuenta, se reconstruyen varios de los edificios, cuando el complejo es ocupado por varias unidades del ejército de Alemania Oriental. Siendo incluso utilizado como un escenario para el entrenamiento de combate urbano por el 40º Batallón de paracaidistas del ejército alemán oriental. Luego de la reunificación de Alemania en 1990, se consideró demoler los edificios, pero al contrario se le otorgó protección histórica y el gobierno alemán decidió otorgar exención de impuestos a desarrolladores privados para renovarlo.

Desde 2000, el Centro de Documentación Prora se encuentra en el extremo sur de los edificios del recinto. Este centro documenta la construcción y el historial de uso del edificio. Allí se discuten los antecedentes del proyecto y su apropiación durante la época nazi. Hoy en día, vallas publicitarias adornan las carreteras que atraviesan Rūgen, en ellas se exhiben personas corriendo a la orilla de la playa alegremente, mientras otras muestran una imagen antigua de los bloques aislados junto a una visualización de lo que podrá ser la restauración de dichos bloques en el futuro. Desde 2004, han sido varios los esfuerzos por rehabilitar las ruinas de Prora y convertirlas en un hotel, apartamento de vacaciones, museos y albergues juveniles. En 2013 la empresa Metropole compró los derechos para renovar Prora y desarrollarla como un complejo de departamentos de verano de lujo, y aunque ya hay algunos bloques terminados e incluso en oferta en plataformas como AirBnB, se espera terminar la restauración completa para 2022.

 
 

Fuentes / Referencias: Centro de documentación Prora.

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